viernes, 25 de noviembre de 2011
lunes, 17 de octubre de 2011
miércoles, 12 de octubre de 2011
lunes, 3 de octubre de 2011
sábado, 24 de septiembre de 2011
leyendo
miércoles, 21 de septiembre de 2011
viernes, 22 de julio de 2011
martes, 10 de mayo de 2011
martes, 3 de mayo de 2011
jueves, 28 de abril de 2011
domingo, 24 de abril de 2011
lunes, 11 de abril de 2011
lunes, 21 de marzo de 2011
sábado, 19 de marzo de 2011
martes, 15 de marzo de 2011
Mañana rindo Metodología y quería decir que es la materia que más me hizo pensar, que más disfruté estudiándola (aunque hubo momentos duros), que más se acercó a las cosas en las que me detengo. Está cerca, muy cerca de Saer, y por eso la foto de arriba. Aprendí que lo que emerge, esa casita entre los árboles, es lo presente, y que el pasado puede perdurar para siempre en tanto no sea dicho, articulado. Miedo. Por eso hay que amarra, mirar, volver a decir, asir eso que molesta, darle un color y guardarlo, clasificarlo, en una cajita como la que hizo Mari. Que nada resurja en ninguna lectura, en un día casi de otoño como hoy, o en la torta de chocolate que se repite en todos mis cumpleaños. A mirar para adelante o para arriba, que el cielo siempre esta lindo.
domingo, 13 de marzo de 2011
miércoles, 9 de marzo de 2011
sábado, 5 de marzo de 2011
lunes, 28 de febrero de 2011
viernes, 25 de febrero de 2011
jueves, 24 de febrero de 2011
domingo, 20 de febrero de 2011
miércoles, 16 de febrero de 2011
martes, 15 de febrero de 2011
antes de la tormenta.
Una sola hoja tiembla.
Juan José Saer (en El arte de narrar)
Desde hace muchos días pienso en la "experiencia". Es un interrogante que se asomó en la novela de enero y que reaparece en los textos que estudio. Eso que no puedo decir, que me traba, está adentro como una mancha ahora que tengo calor y sigo despierta. Me gusta pensar que lo que me tensa y no me suelta de un libro es lo mismo que me impulsa a tomar una fotografía. Me gusta porque me hace sentir coherente con lo que elijo ser/hacer todos los días. Claramente la coherencia, pura sensación, desaparece. Pero no importa. Las cosas, esas que parecen reales y eternas, finalmente pasan y, convertidas en millones de pequeñas pelusas, se me pegan. Suaves y calurosas, son las que mantienen el temblor de saberse hoy, acá-